CIUDAD DE MÉXICO (EFE).— El Día Internacional de los Pueblos Indígenas se celebró ayer con un gran desfile por las calles de la capital mexicana, en una jornada marcada por el debate de la reforma constitucional de los derechos indígenas defendida por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum.
Con coloridos trajes tradicionales y con música para celebrar su día, distintas comunidades originarias llegaron a Ciudad de México desde todos los rincones del país a hacer gala de sus costumbres y difundir orgullosamente sus culturas.
El desfile partió desde el Ángel de la Independencia y desde allí hasta el Zócalo, y se convirtió en un llamativo río humano de gran animosidad en el que participaron por igual niños y mayores, mujeres y hombres, presenciado con admiración por cientos de curiosos espectadores desde las aceras.
“Reivindicamos hoy el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, considerado por la ONU como un día importante donde se homenajean las raíces de donde venimos”, explicaba Ana Vadillo Tapia, representante del pueblo originario de San Juan Ixtayopan, que interpretaron música de banda sinaloense.
No faltaron bailes y disfraces como la catrina, “orgullosamente mexicana”, como presumía Esmeralda Cortés, representante de las “Catrinas regionales”.
“Reivindicamos que haya menos discriminación para la gente que pertenece a los pueblos originarios, esa es la idea de esta calenda”, afirmaba Esmeralda sobre las reivindicaciones de un evento que recorre las calles de la capital desde hace 15 años.
Édgar, ataviado con hermosos plumajes y con pinturas cubriéndole el cuerpo, contaba sobre su participación en la fiesta. “Representamos la danza prehispánica y es un poco para que no se pierdan nuestras tradiciones”, comentó.
“Sabían más…”
Asimismo, destacaba la importancia de celebraciones como esta, ya que en el pasado “los extranjeros sabían más que nosotros mismos sobre las tradiciones”, algo que están tratando de revertir a través de eventos como el de ayer.
Mientras esto sucedía en la calle, en el Hotel Expo Reforma tenía lugar la Asamblea Nacional de Los Pueblos Indígenas, donde la celebración, aunque distinta, no resultó inferior.
Y es que mientras discurrían las ponencias, donde líderes y representantes de las comunidades originarias conversaban sobre cuestiones políticas para mejorar la vida y representatividad de sus pueblos, se dio a conocer el resultado favorable del debate en el Congreso que trataba la reforma constitucional sobre los derechos indígenas presentada en febrero por López Obrador.
Entre loas al presidente y vivas a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, el director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino, destacó: “estoy seguro de que este camino iniciado tendrá continuidad”, al hacer referencia a la transición en el poder que culminará con la posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta el próximo 1 de octubre.
Durante la asamblea destacaron grandes proyectos que, desde las comunidades indígenas, esperan que se mantenga su desarrollo con el nuevo gobierno.
Entre ellos, los planes de justicia y desarrollo, cuyo objetivo es el reconocimiento y reparación histórica a los pueblos originarios por el estado mexicano, así como el desarrollo integral de las comunidades y la protección de su patrimonio cultural.
Asimismo, el impulso a la pavimentación de los caminos artesanales, la difusión de las lenguas indígenas y la preservación de los lugares sagrados para las comunidades originarias.