El movimiento de BDS y los boicots contra las “corporaciones israelíes” han arrojado una renovada atención sobre los problemas entre Israel y Hamás.
Este movimiento consta de un esfuerzo antiguo poco reconocido cuyo objetivo es obligar a las empresas a “ajustarse al derecho internacional”.
BDS son las iniciales de Boicot, Desinversión y Sanciones y se refiere a tres distintas medidas punitivas contra Israel. Boicot se refiere a la ruptura de relaciones con Israel como un medio de protesta, castigo, intimidación o coerción. Boicots culturales, comerciales, deportivos y académicos. Desinversión es la retirada de inversiones en Israel por parte de bancos, fondos de pensiones y otros. Sanciones son acciones punitivas adoptadas por los gobiernos y organizaciones internacionales, incluidas las sanciones comerciales o prohibiciones, embargos de armas y el corte de relaciones diplomáticas. El término «BDS» no se utiliza en ninguna otra campaña, conflicto o boicot.
Plataformas de redes sociales como X (antes conocida como Twitter) y TikTok palpitan con el hashtag #BDSMovement mientras los usuarios abogan por boicotear a las empresas vinculadas con Israel.
El Comité Nacional de BDS pretende remodelar la perspectiva occidental sobre Palestina y “centrarse en los derechos de los palestinos”.
El movimiento BDS ¿Una estrategia efectiva o una forma de antisemitismo contra “corporaciones israelíes”?
Los boicots del BDS se extienden más allá de las empresas israelíes y se dirigen contra gigantes empresariales de todo el mundo sospechosos de complicidad en la opresión palestina.
Algunas de las “corporaciones israelíes” que se encuentran en la lista de BDS para los boicots son: Ahava, HP, Siemens, Carrefour, AXA, Puma, además de McDonald´s, Starburcks y Burger King.
Sin embargo, dicho listado es constantemente actualizado.